La Batalla mas Bella

Tema: La Batalla mas Bella Jue Jul 29, 2010 11:22 pm

En Jamir, un concurso de belleza esta por comenzar...

La Batalla mas Bella Portada20jamir

Cuando Thanar de Geminis se fue a rescatar a Gabrielle de Aries, dejo en Jamir a la amazona dorada de Piscis, la bella Venus, en su cuidado. Ahora los lemurianos estan preparandose para la huida ya que seguramente el Vaticano vendria a vengarse despues de que Thanar liberase a Gabrielle. Tenian que ser rapidos porque seguramente en cualquier momento llegarian sedientos de su sangre, con las intenciones de extinguir aquella raza antigua de una vez por todas...

Invitado

Hacía unos momentos, en Jamir, se había llevado a cabo una batalla entre los santos de Géminis y Piscis y los soldados del Vaticano que habían contribuido al rapto de Gabrielle de Aries. Desde el final de la pelea, la santa de Piscis había permanecido allí como vigilante y cuidadora de los Lemurianos, quienes ahora se encontraban alistándose para huir a un lugar más seguro.

Cualquiera creería que Jamir era el lugar más seguro existente sobre la tierra, pero ya no lo era, el Vaticano estaba tomando control de todo el mundo poco a poco, y ya ese lugar era un punto fijo que seguramente siempre asecharían.

Ahora Venus permanecía allí de pie, entre el enorme Jardín de Rosas que había hecho momentos antes. Esto, obviamente, no hacía ningún efecto en ella, quien controlaba la técnica a la perfección para que tampoco hiciera efecto en los Lemurianos que pudieran pasar cerca de él. Un par de metros a su derecha yacían los cuerpos de los soldados que habían caído en su trampa; y un poco más atrás, a espaldas de Venus, estaba el hombre, ahora ciego, que aún no volvía en sí después del ataque de Thanar.

Seguía esperando con paciencia infinita a los Lemurianos. Algunos ya le habían anunciado que estaban listos, pero faltaban unos pocos por terminar. Todos sus sentidos seguían atentos a su entorno y de vez en vez hacia los aldeanos, cuidando cada edificación, persona y rincón de aquel lugar. Su cosmos se mantenía en un nivel sumamente bajo, pero el suficiente para mantener perfecto control sobre su técnica –al menos hasta que los Lemurianos estén listos para partir- y para responder con excelente velocidad y agilidad a cualquier ataque que se le pueda presentar en ese momento.

Tema: Re: La Batalla mas Bella Vie Jul 30, 2010 3:15 am

Master

La noticia ya habia llegado desde la Fortaleza de Tharak que los Lemurianos habian traicionado asi que de manera inmediata despacharon un grupo de asalto cercano. Un avios super sonico paso por encima de Jamir y abrio sus puertas. Desde esta comenzaron a caer capsulas y ciertamente parecia una paloma gigante cagando pelotones. Doce de estas capsulas cayeron en total y a gran velocidad por el cielo hata dar contra el suelo a unos veinte metros de la Aldea Lemuriana. Detras de estas cayo una treceava capsula de un color azulejo, diferente de las otras doce capsulas negras. Esta era algo mas grande y cayo con aun mas fuerza. Cayo como un meteoro hasta dar contra el suelo entre las doce capsulas y la Aldea, exactamente a dies metros de ambos. Causo un enorme crater en el suelo. Finalmente salio una figura alada del avion antes de que este desapareciese entre las nubes.

La figura abrio sus alas blancas y con sutileza y belleza floto hacia abajo como si fuera un angel. Al acercarse hacia abajo la figura alada se podria apreciar mas. Tenia una espada dorada al igual que su armadura que subria hasta la cintura y un bello vestido color purpura. Debajo de su vestido sus piernas tendrian mas armadura. Sus ojos estaban cerrados y su cabello dorado flotaba con el viento mientras descendia. Su rostro era increiblemente bello, tanto que un hombre al mirarla quedaria paralizado con su belleza... completamente tartamudo e incapaz de herir un ser tan perfecto. Sus pies tocaron el suelo como una pluma y quedo de pie junto a aquella capsula azulina y enorme.

Spoiler:

Finalmente abrio sus ojos perfectos y azules y miro a la aldea, suspirando. No era una Aldea bella... era vieja y los puntos del rostro de aquellos lemurianos le resultaba bastante asquerosos. Parecian granos que jamas se irian. Su rostro se torno algo aburrido y con su mano libre acarecio la capsula azul al lado de ella. Incluso sus manos eran perfectas y la capsula parecio gemir ante aquel tacto tan sensual. Las doce capsulas negras detras ed ella se abrieron y desde estas salieron dos centuriones y diez vanguardistas... dos escuadrones de asalto bajo las ordenes de la bella y perfecta Cassiopeia, una Guardia Suiza representando la Cruz de la Belleza.

- Que lamentable que me enviasen a este lugar tan inhospito y tan feo... mi belleza es tanto que opaca este lugar que no merece mi presencia tan perfecta.- Dijo en una voz que bordaba entre aburrida y sensual todo en uno. Sus ojos azulinos se desviaron de la capsula azul para mirar a la Aldea de nuevo. -Destruyenla... que no quede nada... deseo irme en cuanto antes... no soporto una vision tan horrenda...-

Invitado

Creyó sentir un ruido a lo lejos, se volvió hacia donde veía el suave sonido y afinó su visión. Pocos segundos después se vio aparecer desde lo lejos en el cielo, una máquina voladora que se acercaba a gran velocidad hacia la aldea. Uno de los Lemurianos se acercaba a ella con cierta timidez, al verla tan concentrada en ese punto. Volvió su rostro en aquella dirección también y presenció con temor lo que Venus estaba viendo.

-Reúnelos a todos en este sitio, y confía en mi.- Le dijo puntualmente en lo que era casi una orden, pero sin siquiera molestarse en mirarlo, comenzando a caminar pausadamente en dirección a las cápsulas negras que comenzaban a caer de la nave. El Lemuriano asintió obediente, y con decisión fue por sus compañeros aldeanos y comenzó a reunirlos a todos en el punto que le había dicho la santa de Piscis, en todo el centro del Jardín de rosas.

Detuvo su caminar cuando vio la última cápsula caer, una de distinto color; y luego alzó su vista, observando un cuerpo femenino, envuelto en una armadura dorada, descender de los cielos cual ángel dorado, y deteniéndose a 10 metros del comienzo de la aldea, 15 metros de ella y unos 24 de los Lemurianos. Frunció el entrecejo con desconfianza, pues no sabía a qué se enfrentaría.

Los Lemurianos se movieron con rapidez hacia el Jardín que en nada los afectaba a ellos; y el que en ese momento estaba a cargo de movilizarlos a todos, los contó rápidamente. -¡Ya estamos listos, señorita Venus!- Le expresó finalmente para alivio de ella. Sin decir una sola palabra las plantas comenzaron a tomar un brillo perlado, como una brillante aura que las hizo mover con rapidez. Mantenía la vista sobre la desagradable mujer que había recién visto y como parecía hablarle a la cápsula azul. Mientras, Piscis controlaba sus plantas, formando con ellas un fuerte escudo con las raíces alrededor de los Lemurianos y sobre éstos, como encerrándolos en un fuerte y resistente capullo, que si de por si era tan fuerte como el mismo hierro, con la poca cantidad de cosmos que le rodeaba, sería impenetrable. Los Lemurianos tenían espacio suficiente adentro, aunque tampoco demasiado; y el oxigeno que desprendían las plantas, les permitía a ellos respirar perfectamente.

Las raíces se movieron una vez más, y los hombres del Vaticano que se encontraban bajo el efecto de las mismas, cerca de la torre, fueron barridos por ellas y arrojados hacia los lados del abismo que tenían cerca. Si iba a pelear no quería ningún estorbo en su camino.

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