Reto a Capricornio.

Invitado

Nombre del jugador: Álvar.
Personaje: Táutalo de Tauro.
Correo electrónico: s.a.rol@hotmail.com
Petición de juez: Thanar de Géminis.
Motivo del reto: Mientras espero a Escorpion, tú, Capricornio, también estabas en mi lista de retos. Por mera divrsión y entretenimiento, nada personal cotnra ti; ni siquiera te conozco, y mira, esta es, de una forma u otra, una buena manera de conocernos. Si aceptas, muy feliz; si no, también, porque no pasa nada.

Invitado

Capricornio siempre esta en la lista de retos de todos (?) Bueno acepto el reto, pero me gustaría que comenzaras primo tu con el post debido a problemas con mi pantalla de PC a duras penas puedo postear ahora. Yo responderé en la noche cuando este en mi otra PC. Es todo. Si quieres hablar conmigo al respecto contactame por msn: the_royal_darkness@hotmail.com

Invitado

** El sol se está ocultando lentamente en el coliseo de batalla, un lugar de gran extensión terrenal y de conocida edificación, en parte ya en ruinas por su antiguedad y por el uso del lugar para incontables combates, siendo el coliseo una plataforma sin techo y circular encerrando junto a sus muros, en la parte norte, unas gradas presididas por dos altas columnas. El se esconde por el horizonte, pero su luz se apaga antes de su colapso al tener de obstáculo los muros del coliseo, por los cuales se conforman sombras alargadas por la extensión de arena. Un calor sofocante durante el día va perdiendo fuerza, pero manteniéndose presente aún, sobretodo en el suelo pues éste está constituido, en el interior del coliseo, por arena y, sabido es, que ésta atrae en demasía las altas temperaturas. Una suave brisa, proviniente del este, emerge allá adentro, arrastrando la arena con suavidad y elevando al aire la polvareda; polvareda misma que se disipa al chocar frágilmente contra una figura, la figura de un conocido caballero, fácilmente identificable por la armadura que porta: dorada es, reluciente y espléndida como las 12, y su mayor característica es, además de la de su robustez y tamaño, el casco, ancho y semi-esférico, del cual salen dos astas de toro en paralelo y curva mirando, finalmente, al cielo. Este caballero demuestra ser físicamente muy alto, llegando a alcanzar los dos metros y medio aproximadamente, y a su vez ancho de complexión fuerte y musculosa. Semblante jovial muestra el caballero por entre la dorada armadura, con una expresión seria y sumamente tranquila, de mirada fija puesta en el horizonte, lejano a su posición, en el centro mismo, o casi, del coliseo de batalla. Una capa cuelga de sus hombros por su espalda, llegando a la altura de sus muslos; bandera de doble color, rojo y amarillo oro, en combinado: dos franjas rojas que encierran entre sí una franja doblemente ancha y dorada. No hay duda, esa capa está simbolizando un país fácilmente distinguible: España.

- El caballero de Capricornio, con el cual me he citado aquí, no parece haber llegado todavía. Esperaré con paciencia su llegada... -

Una vez fuerte, ruda, brusca y tenaz le caracteriza, algo ronca y grave, pero no en demasía. Su postura, de brazos extendidos con naturalidad a los flancos de su cuerpo y de piernas rectas y abiertas en paralelo a la altura de sus hombros, varía en las extremidades superiores, que se doblan internamente hacia el pecho para así cruzarse de brazos. El sol queda a su derecha, diciendo adiós al día que, muy pronto, se convertirá en noche, pues la luna, principal imagen identificadora, ya se está haciendo ver por el contrario lado, a la izquierda del caballero dorado del signo de Tauro. **

Invitado

El sol se ocultaba en el coliseo de combate, aquel coliseo tenia una gran extensión, no poseía techo por lo que se podía ver a la perfección como se ocultaba el sol y el cielo se tornaba de tonalidades amarillas y naranjas, aquel coliseo estaba envueltos en muros, tenia varias columnas y una gran puerta por donde entraban lo combatientes, ademas de que el publico estaba en la parte mas arriba subiendo unas escaleras en la entrada, el terreno estaba muy desgaztado como la edificación, era de esperarse con todos los conflictos de la época sin tomar en cuenta los años que tenia aquel coliseo y las feroces batallas que se libraron en este, entrando por la puerta principal se podía ver una figura caminando lentamente y solo se escuchaba el sonido del viento y de la armadura sonando, aquella armadura era simplemente majestuosa.. era sin duda una armadura completa el casco de dicha armadura era de un color dorado al igual que toda la armadura, aquel cascos poseía cuernos que parecían representar algo, el resto de la armadura envolvía toda la parte desde el cuello hasta la los pies, siendo así una armadura sin casi fallos, dicha armadura en el pecho tenia el símbolo de capricornio, ya era claro aquel muchacho de ojos azulados era el caballero de Capricornio Edward.

Un caballero de oro simplemente era los caballeros mas fuertes de Athena, el poseía unos de los 12 Cosmos mas grandes de los caballeros de Athena, pero este caballero tenia algo especial en su diestra era una Espada resplandeciente de modelo Eropeo, con un mango dorado, esa espada era simplemente majestuosa, echa por Dioses y en efecto aquella es Exacibur, una Espada que fue ocultada por el antiguo caballero de Dragón hace mucho y ahora es de Edward, dicha espada era capas de cortar una armadura de Oro con facilidad. Ed continua caminando hasta llegar a 40 MTS de su adversario el caballero de Tauro... -Perdon la tardanza tube que atender asuntos, que comience el espectáculo...-Dice confiado mientras mantiene todos sus sentidos listos para cualqueir futura acción del caballero de Tauro.-

Invitado

** El caballero sonríe con una mueca de orgullo y convicción al ver aparecer a su compañero de armas, pero enemigo en este momento.

- Me alegro de verte, caballero. Tienes buen aspecto; espero que no hayas trasnochado, pues requerirás de todas tus fuerzas para salir bien parado de este combate. Si sobrevivimos, el que pierda pagará las cañas, JA JA JA. -

En seguida el semblante de Tauro se torna, de uno alegre y amable, a uno muy serio y decidido, pero sin perder la tranquilidad que le caracteriza. Es entonces cuando Un brillo dorado comienza a inundar el cuerpo del caballero, emergiendo desde la tierra para rodear su cuerpo desde los pies, cubriéndolo como un manto a varios centímetros separado de la armadua. Su cosmos empieza así a aflorar, provocando incluso que la tierra comienza a tambalearse, formándose un temblor ante la llegada inmediata de la energía del toro de Toledo. Sigue cruzado de brazos y observando fijamente a su objetivo con gran atención, mirando a un punto fijo y agudizando sus cinco sentidos. Conforme su cosmoenergía aumenta una densa aura de oro se va sumando a la estela inicial, ensanchándose en gran medida la gran capacidad de concentración cósmica del caballero que pareciera ser todo él, entero, un mero brillo celestial. El aire a su alrededor, levemente iluminado ya por el sol, pues la oscura noche se cierne cada vez más sobre el coliseo, es iluminado por sí mismo, cual estrella independiente de flamante energía, iluminando incluso todo el escenario; a mayor lejanía, más hermosos destellos de oro de baja intensidad pero gran apreciación al ir disueltos en líneas rectas. El toro pareciera ser un sol, y su cosmos los rayos que iluminan todo lo que le mira.
Los temblores no cesan, a pesar de ser leves, y la arena empieza a revolucionarse, dando tumbos por el suelo y haciendo subir la polvareda terrenal; incluso llega a subir la temperatura ambiental, al menos en el suelo y alrededor del caballero, en un radio de varios metros, por la concentración masiva de energía proponesa a absorber calor, un calor dejado en el aire por el sol durante el día.
Finalmente la tierra empieza a dar señales del poder cósmico del caballero, capaz de penetrar en el suelo y, por pura naturaleza cósmica, sin mayor función de habilidades por parte de Tauro, desplazarlo en temblores en un gran perímetro que abarcaría incluso la presencia de Capricornio. El equilibrio sería fácilmente desestabilizado por la gran sacudida de la tierra, efecto del cosmos del Tauro en el subsuelo, por lo que no sería extraño que el caballero de Capricornio perdiera la tranquilidad ante una posible flaqueza de piernas.

Invitado

Todos los Sentidos de Capricornio estaban atentos a las acciones de Tauro, simplemente no iba a ser problema predecir la acción de dicho Caballero debido a que podía ver como cargaba Cosmos dentro de el, era lógica que lo iba a expulsar de alguna manera, aquel cosmos que expulsaba Tauto era simplemente excepcional digno de un santo de Oro. pero aun así Capricornio es uno de los Santos más veloces, en camio a Tauro no se le reconoce por su Velocidad, rápidamente Capricornio da un gran salto antes segundos antes de que la tierra empiece a temblar por el efecto de la tecnica de Tauro. El salto de dicho caballero fue de 100 MTS aproximadamente, y lo realiza de manera elegante y sencilla, en el Aire Capricornio con su intelecto ya empieza a planear su siguiente movimiento, mientras que al igual que Tauro una gran CosmoEnergia emana del aquel joven cargando su ataque este sostiene a Excalibur con fuerza mientras apunta con su Filo al caballero de Tauro.

Rápidamente después de cargar bastante energía y de emanar gran cantidad de cosmos dorado. Capricornio agita su espada y crea lo que se llama un "Filo" de aire combinada con su CosmoEnergia, este filo simplemente viaja a la velocidad de la luz debido a que al estar mezclado con el cosmos de Capricornio aquel filo, fácilmente puede manipularlo, cambiar su forma o su velocidad y al ser un caballero de oro no iba a tener ningún problema en hacer que aquel filo fuer a la velocidad de la luz de manera continua y solo desaparecería al impactar con su objetivo que es la cara de Tauro, este ataque si llegara a impactar el efecto mas seguro seria un noqueo de inmediato debido por la intensidad del dolor que sentiría el caballero, para luego el cerebro apaga por decirlo así momentáneamente los nervios de la cabeza haciendo que dicho caballero se desmaye al instante, pero todo esto es un caso de que el ataque impacte que es lo mas seguro, ademas que Capricornio aun se encontraba en el aire ya que dichas acciones no le tomaron ni un segundo. Así que este se encuentra en caída pero aun no toca el suelo.

Invitado

** El ocaso se muestra en el horizonte con la ida del sol, siendo ahora la luna la protagonista del cielo ennegrecido por la pérdida de la luz; luz que es mantenida a rango del caballero de Tauro por su propio cosmos, y más tarde por la propia del cabalelro de Capricornio. Cruzado de brazos se mantiene con esa concentración inmensa de poder y con los cinco sentidos agudizados ya para el combate, no evitando la gran agilidad de Capricornio que Táutalo viese su movimiento. Edward se encontraba en el aire, canalizando su energía y preparándola para enviarla, y con una gran velocidad, pero el toro aún estaba paciente aun ocurriendo aquello. Surgió como una instantánea acción, algo automático, el que la energía enviada por Capricornio, desde el aire y en forma de filo, fuese interceptada enseguida por la gran energía que rodea a Tauro; energía misma que no tendría problemas en "comerse" la ajena, pues la concentración del toro había sido mayor y, por lo tanto, el poder energético empleado tendría un gran desequilibrio. Realmente la apariencia pesada y grande de Táutalo da una sensación de lentitud, mas no es así; como todo caballero de oro, puede desplazarse y desplazar sus ataques a la velocidad de la luz, y así fue como se accionó la salida de su cosmos, el cual se dirigía al mismo tiempo contra el cuerpo de Capricornio. Un gran destello de oro, de pura energía masiva, la misma que habría servido de defensa contra la técnica ajena, se dirige contra él, sin lento carácter, pues cual rayo fulminante acaecería sobre el caballero de la espada sagrada. La altura de su torso y el ancho de éste, en perimetro, dan forma a la salida de la energía, la cual tras su base se expande como una estrella que crece y crece a cámara rápida. Además, por la pasiva actitud de Táutalo, no habría salido inclinado totalmente hacia el cielo, dado que la dirección la dirige su cuerpo, el "hacia dónde mira", por lo que se podría decir que aproximadamente la mitad del Gran Cuerno viaja a ras de suelo, y la otra mitad, notándose la gran altura que consigue, más allá de la altura obtenida por el salto del Capricornio. Realmente una acción que pareciera requerir mucho tiempo de planificación, preparación y envío, pero que demuestra ser simple, algo sencillo de realizar, al menos por parte del herrero.

No pareciera haberse inmutado si quiera el gran coloso de pasiva actitud, cruzado de brazos, mas si se hubiera apreciado a cámara lenta, los brazos del gigante se habían separado para dejar vía libre al cosmos salir de su pecho; y, tras eso, nuevamente los brazos volverían al pecho para cruzarse. Mas a simple vista, nada de esto habría sucedido; así es, tal es su velocidad que no se le apreciaría el gesto de contraataque.
El Gran Cuerno habría dado resultado eficiente por su conocida función de Defensa-Ataque en uno solo. Y para sospresivo momento, el aura dorada del cuerpo de Tauro no desaparece tras el ataque; una fina capa de energía sigue adornando su figura magnificiente, lo que da a entender que no toda su energía concentrada fue empleada, más sí casi todo el %. Rapidez, reflejos, potencia, velocidad, resistencia. El caballero de Toledo posee unas dotes realmente envidiables, y sólo esto mostrado en su físico. **

Invitado

Juez

Analizando los últimos tres turnos ocurridos, lo que ocurrió fue esto: Táutalo cargó un cosmos increíble durante el primer turno, sin atacar; mientras que Edward apenas cargo cosmos. Es decir que hizo una pequeña carga en el mismo turno de ataque, lo que no tiene los mismos efectos que el turno de cargue completo de Tauro además de otra carga en su turno de defensa y contra ataque.

Por ende, el corte de Capricornio es efectivamente absorbido por Táutalo, además de tener éste un contraataque efectivo. Dado a que Edward está suspendido en el aire y ya había atacado, no podría moverse -el Caballero de Capricornio no posee cualidades como la teleportación u otras cosas que le hubieran salvado- por lo que en el cruce de ataques el Gran Cuerno del Santo de Tauro arremete como es descrito en su turno contra Edward.

Se me olvidaba otra cosa: al ser un salto tan alto y haber dado el ataque de Tauro, no hay que olvidar que es una caída de cien metros de alto... O sea que está el golpe del Gran Cuerno más el impacto de la caída.

Invitado

Juez

Iniciado el combate hay un margen horario que cumplir... Como no me han llegado avisos, ni nada de parte del caballero de Capricornio, debo darle el duelo ganado a Táutalo por default o bien si lo deseas puedes hacer uso de un turno más para terminar el asunto. El combate ya pueden darlo por terminado a favor del santo dorado de Tauro.

Invitado

** El gran destello dorado expulsado por el cabalelro de Tauro, con la extensión exagerada de su complexión en ancho y alto, impacta sobre el cuerpo del caballero de Capricornio, que se encontraba en el cielo tras su gran salto y ataque fallido, pues éste fue devastado por la gran cantidad expulsada en su contra. Así, al ser impactado a la velocidad de la luz remarcada, velocidad que le dobla la potencia al impacto, el cuerpo del pez-cabra recibe una potente descarga energética en pleno aire, la cual rodea todo su cuerpo en devastación, perforando sobre su armadura y golpeándolo bruscamente hasta el punto de hacerlo caer con potencia contra el suelo. Un haz de luz fogoso se alza en el cielo, sobre el techo celeste, como un adorno natural de pura energía que también adorna la elegante y abatida caída de Edward en tal devastador impacto, sumándose a éste el golpe que se lleva al chocar fuertemente contra el suelo, dada la altura y, por ende, la velocidad con la que caía, rompiendo al instante el suelo del lugar, levantándolo varios centímetros sobre sí y alzando una exumerante polvareda que oculta el desastroso estado de su fisonomía. La celeste luz dorada queda tras él como una cola de cometa que ha seguido su trayecto, disipándose de a poco en el aire. El toro de Toledo observa, cruzado de brazos y con un semblante sereno y tranquilo, la situación en la que ha quedado su adversario con tan sólo un ataque. El aura amarillenta que rodea su cuerpo se va apagando lentamente, regresando el atheniense a su estado antural y equilibrado, dándose media vuelta, dejando su espalda al enemigo abatido, para caminar seguidamente en lejanía del lugar, ondeándose la bandera española que como capa cuelga de sus hombros ante el movimiento brusco de sus andares. Una estampa de gloria se queda en el Coliseo, con la luna y las estrellas como testigos únicos de la breve lucha. **

OT: Y así concluye brevemente la historia.

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