- Saint Seiya: City of Saints

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-Oye, no necesitas ser tan formar conmigo, soy un santo dorado pero no tienes que disculparte por saludarme normal o.o Ademas mi padre me pidió que te cuidara así que podríamos decir que yo soy el que te debería tratar con mas respeto. Señorita Lya...- Dice amablemente el caballero -Oye.. Levántate, me hace sentir viejo que te pongas así o_ó.

Señorita Lya xD, en su vida solo habia escuchado que le llamaran asi una vez, de ahi, su maestro tonto y unica compañia solia ponerle sobrenombres como "Tonta" "Lenta" "Down (?)" y cuando tenia suerte se limitaba a llamarle Lya a secas. Seguramente su maestro era un hombre estupido y extremadamente rico que habia criado a un joven de la nobleza, luego luego se le notaban sus maneritas insuales para ella.

Perdona…es que me diste un susto… y yo soy algo distraída y pensando que tardarías mas… bueno ya… u_u –La chica se pone en pie aun algo avergonzada y termina por tomar la mano del joven y cierra el saludo de una manera “normal” pero energica. En sus labios se dibuja una sonrisa, que el no puede ver por su rostro cubierto, al parecer era muy parecido a su padre, era amable y sencillo, con una presencia calida que por alguna extraña razón le hacia sentirse protegida y nostálgica- Vas a pensar que estoy loca… o quisa ya lo piensas ._. después de todo esto… pero siento que ya te conocía de algún lado… al igual que a mi maestro, a lo mejor en otra vida fuimos buenos amigos… y ojala lo seamos en esta también.

Ya olvidando la traumante escena de hacia unos momentos, ella respira hondo y observa de nuevo el Santuario bajo el manto azul marino de la noche –Es una pena que nos conozcamos asi…tu padre habría estado feliz de verte ya como todo un joven… bueno, pero de cierta forma estamos los 3 reunidos… imagino que querras estar solo un momento con tu padre… si lo deseas te dejare y esperare alla abajo… –Lya se acerca a la tumba y le da unas palmaditas para luego recoger su capa de viaje, una bolsa de manta algo gastada y los instrumentos que había utilizado para su tarea funeraria, todo guardándolo muy bien en la bolsa y colgándosela al hombro, luego camina lentamente hacia el borde del cementerio mientras señala las ruinas del antiguo coliseo mientras y la respuesta del joven.

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-Perdona…es que me diste un susto… y yo soy algo distraída y pensando que tardarías mas… bueno ya… u_u.- Escucha decir de la joven mientras que Edward observa como ella se levanta y toma la mano de el. o o ¿Te asuste? Pero no oculte mi cosmos, eso me da una idea del clase de entrenamiento te dio mi padre (?).- Dice amablemente bromeando un poco para romper el hielo mientras le sonríe levemente -Vas a pensar que estoy loca… o quisa ya lo piensas ._. después de todo esto… pero siento que ya te conocía de algún lado… al igual que a mi maestro, a lo mejor en otra vida fuimos buenos amigos… y ojala lo seamos en esta también.- Escucha decir de la joven. Yo tambien siento lo mismo, hay armaduras que solo responden a un unico dueño por eso deben reencarnar para volverse el caballero que porta tal armadura, pero solo es algo que leí en un libro de mi papá no creo haber tenido una amiga tan Down (??) Cómo tu.- Dicen en tono de broma mientras suelta su risita.

–Es una pena que nos conozcamos asi…tu padre habría estado feliz de verte ya como todo un joven… bueno, pero de cierta forma estamos los 3 reunidos… imagino que querras estar solo un momento con tu padre… si lo deseas te dejare y esperare alla abajo…– Escucha decir de ella nuevamente, mientras que Ed observa por un segundo la lapida de su padre. -No vale la pena llorar por los muertos, si mi papá te hubiera visto llorar por el tu hubiera dado un coscorrón.- Dice serenemo mientras observa como Lya se dirige hacia una esquina del cementerio y señala el antiguo coliseo, este sigue a Lya mientras mueve su capa con estilo y luciendo su majestuosa armadura.-

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-No vale la pena llorar por los muertos, si mi papá te hubiera visto llorar por el tu hubiera dado un coscorrón-

-Bah, como si yo fuera a llorar por un tonto como ese viejo… u_ú…

-murmura la jovencita ante el comentario del Santo Dorado y al ver que este no tenía que decir nada frente a la tumba de su padre, se extraña un poco, después de todo, no supo nada de él casi toda su vida… bueno no sentía que fuera correcto cuestionar las decisiones de quien apenas acababa de conocer. Antes de colocarse su capa de viaje comienza a desprenderse manualmente de su armadura, era algo riesgoso andar por ahí vistiendo una armadura ateniense, si ella la portaba en esos momentos era como un traje apropiado para despedir a un honorable caballero, pero terminados los funerales ya no era necesaria, una vez que las piezas fueron retiradas de su portador, estas tomaron la forma de la bella y sencilla grulla antes de desaparecer en un destello y encapsularse para su fácil y discreto manejo.

-Te recomiendo que hagas lo mismo Edward, así evitaremos contratiempos, durante muchos años hemos ocultado nuestras identidades, no quisiera exponernos a un riesgo... o peor a tener que enfrentar a los templarios… -Comenta volviéndose al santo dorado con una mirada desbordante de amabilidad, luego guarda bien su capsula entre sus ropas que no eran mas que un pequeño short y su torso cubierto por vendas que le ayudaban a dar firmeza a su cuerpo femenino en batalla- Si ya no hay mas que hacer aca… es hora de que partamos… nuestra siguiente parada será Saint City… hay personas que deseo ver ahí… tu padre dijo q cuando estuvieras aquí podría ir segura alla… pero si es una molestia no lo obligare a acompañarme…

Caminando hacia las ruinas del coliseo carga sobre sus hombros las herramientas que dejara en el pueblo más cercano a las ruinas del santuario cuando pasaran por ahí.