La Cancion de la Muerte

Tema: La Cancion de la Muerte Lun Jul 19, 2010 10:46 am

En un bar de Amsterdam conocido como "The Riot" una gran cantidad de lo que parece que son soldados cristianos se han reunido en cantidades abnormales y estan viendo como toca el guitarrista quien resulta ser nada mas ni nada menos que Kataki, el santo de plata de la Lira. Makab de Cancer entra en el bar y va al fondo justo en el momento que uno de estos hombre cristianos sale y le pregunta a Kataki si en realidad es un Santo de Athena. Kataki, al parecer, no le gusto la pregunta y su cosmos comienza a elevarse en el bar...

Invitado

Makab se encontraba sentado, disfrutando de su bebida y dejando atras aquel incidente, su mente se habia elevado a las lejanias de Alemania recordando su vida, la musica melancolica habia logrado traer esos recuerdos a su mente. Cuando la musica se detiene, Makab dirigue su mirada logrando ver al musico junto a uno de los hombres de aquella mesa. Un cosmo empieza levantarse logrando llamar la atencion de Makab, el cual solo se limito a mirar desde lejos mientras levantaba su vaso y lo llevaba a su boca para asi tomar un sorbo de licor. Su atencion seguia en aquellos hombres, aunque disimulaba cualqueir acto de sospecha, no queria llamar la atencion al igual que paso con el musico.

Tema: Re: La Cancion de la Muerte Mar Jul 20, 2010 1:25 am

Post de Master

Ante la respuesta de Lira aquel hombre que parecia ser el lider de los soldados que parecian estar de relajo en el bar lo miro con cierta ira. Como se atrevia a hablarle de aquella manera? Apreto los puños antes de responderle; - Pecador blasfemo!- Le grito, casi incapaz de retener su irritacion a la respuesta de el. - Bajo las ordenes del Templario y de la Orden de los Templarios estas siendo arrestado por crimenes contra la cruz, por pecador, por blasfemo, por desrespetar la autoridad de Dios, por rituales satanicos, brujeria y por perturbar la obra de Dios!-

Los demas soldados que se encontraban en ese momento en el bar sacaron sus armas en ese momento y apuntaron a Kataki, intentos en dispararle si llegaba la occasion. Desde afuera se oian gritos y los pasos de una increible cantidad de personas aproximandose a la entrada del bar. El bar man y los clientes inocentes procedieron a esconderse, a intentar no estobar si eso era posible. Mientras tanto aquel lider seguia hablando... - Entregate pacificamente y te dejaremos vivir!-

Fue en ese momento que los soldados y las personas dentro del bar comenzaron a notar como si el techo se convirtiese en acido. La sustencia verde comenzo a gotear desde esta, cayendo al suelo y empezando a hacer agujeros en el. Algunas gotas incluso cayeron sobre algunos soldados y empezaron a sentir aquel dolor... ese dolor realmente era algo mental ya que no habia acido; era una ilusion pero al ser simples humanos no se darian cuenta de ello. En cambio, era muy posible que Makab al ser un santo de oro si se percibiria.

Desde afuera se comenzaron a escuchar los gritos de color y los soldados, vanguardistas y centuriones, dicidieron que era hora de actuar. Tiraron abajo la puerta para ver el panico aquel dentro del bar y al Santo de Plata en el escenario. Ya sabian que el era el objetivo asi que no dudaron en levantar su armas y abrir fuego sobre el.

Invitado

Su mirada, fascinada por los efectos que iban tomando sus acciones, brillaba de forma hermosa y agradable, mientras sus dedos continuaban paseando sobre las cuerdas de la guitarra la cual emitía una tonada preciosa y sublime que viajaba pacíficamente por el todo los espacios del bar, a manera de hacer más amena la situación para el Caballero de Plata, que de un momento a otro se percató de que sus acciones parecían no incidir sobre el hombre aquel, de la mesa al fondo, a quien había visto en su entrada observando con desdén a los que le querían atacar- “Quién demonios será?”- Se preguntó, pero sus pensamientos fueron interrumpidos pues logró ver, de soslayo, como los hombres que eran atacados por la ilusión iban escapando “adoloridos” del bar.

De pronto, al abrir las puertas del local, justo fuera de ellas logró deslucir el brillo de los exoesqueletos de un par de Vanguardistas que estaban allí. Los mismos, prontamente entraron al sitio, apuntando con sus rifles de alta potencia hacia el muchacho, quien abrió los párpados de forma exorbitante, sorprendido…estaba en un peligro inminente-¡Jo..!-Exclamó y de forma inmediata, los hombres que colmaron aquel establecimiento, apretaron los gatillos de sus armas. Una luz intensa se hizo en todo el sitio; una luz blanquecina, brillante y para cuando la misma dejó de encandilar a los soldados que proseguían disparando a ráfagas sus armas, el joven Kataki, que estaba sentado en el banco, tenía en frente una enorme Lira de color plata precioso la cual parecía poseer luz propia.

La misma reflejaba con una facilidad sorprendente las balas y de pronto, se descompuso y viajó en forma de varios rayos de luz hasta el peliazul, acomodándose en su cuerpo-…Este es el poder de Athena…-Musitó el muchacho ya vestido con su manto, observando heréticamente a los sujetos que continuaban disparándole efusivamente. Ahora parecía él tener una envestidura de poder y gloria innata que sorprendería hasta al más escéptico.

La guitarra que antes tenía pareció desaparecer de forma misteriosa y ahora, entre sus manos protegidas por los guantes de la armadura, tenía una Lira idéntica a la que se había formado ante él pero a una escala que pudiera facilitarle al Santo su uso. Este, comenzó a pasear con la misma experticia que con la guitarra, sus dedos sobre las cuerdas de la Lira y esta, emitió un sonido armonioso y bellísimo que copó cada espacio del lugar. La fuerza del cosmos del muchacho crecía a niveles incomprensibles…era un santo de plata pero su poder tocaba el de un Caballero Dorado.

Casi de manera instantánea, de pronto, una especie de onda de choque fue enviada hacia los soldados; una onda fortísima de cosmo energía de forma expansiva que los atacaría a todos por igual y de seguro los impulsaría hacia la pared que marcaba el confín del lugar-¡Ahora siéntanlo en lo más profundo de sus impíos seres!-

Invitado

Makab seguia en su sitio, una sonrisa algo macabra se escondia detras de su vaso debido a la accion que se presenciaba en el lugar, como los pateticos humanos gritaban de dolor ante aquella ilusion - jum - una sensacion de ardor comenzo a sentirse en la boca dle estomago del santo dorado, una sensacion de exaxperacion que lo llamaba a meterse en el combate, seria lo ideal para desextresarse por lo acontecido con "Mr. H".

En un instante, una luz resplandeciente baño el lugar y las armas de los soldados se pusieorn en funcionamiento, gritos se oian junto a una melodia que cautivava a todos los presentes. Makab se levanto de su silla y se dirigio a un lado de la escena y levanto su mano derecha señalando al techo con su dedo indice. Pero se detuvo al ver que el joven del cual provenia tan bella musica era nada mas que un santo de Athena.

La sonrisa de Makab estallo y lograba oirse en todo lugar, una risa malevola, como si disfrutace lo que estaba sucediendo, en ese instante una onda de choque se dirigia a los soldados.

Tema: Re: La Cancion de la Muerte Jue Jul 22, 2010 1:34 am

Post de Master

La onda de choque dio contra los soldados, todos los soldados. Los que se encontraban dentro y sin proteccion fueron lanzados contra las paredes y contra la barra del bar, resultando el las heridas de algunos. El lider de los que estaban dentro del bar recibio el choque el primero y salio volando con tanta fuerza que dio contra los hombres en el bar, derribandolos mientras que los soldados que recientemente habian entrado cayeron hacia atras de la misma manera, haciendo que incluso algunos de los que estaban fuera cayesen por el estilo domino. Vidrio y cosas de cristal como botellas y cristales reventaron y esparcieron cristal por todo el lugar cortando a algunas personas.

Afuera se pudo ver el caos de adentro y los soldados se hecharon hacia atras por la puerta y se aposicionaron para combatir contra el hombre. Rapidamente intercambiaron sus balas normales por balas de gamanium, compuestas del mismo material que las armaduras y apuntaron hacia el bar. Estas balas eran algo mas efectivas que las normales y al dar contra armaduras heririan a sus portadores. No tenian mucho efecto contra las de oro pero traspasaban las de bronce y podian malherir a los caballeros de plata con ellas. Habian sido construidas para combatir a los blasfemos... era obvio que tendrian armamento de este tipo ya que sino no serian muy eficaces contra sus enemigos.

]Perdonen la demora... no volvera a pasar.]

Tema: Re: La Cancion de la Muerte Lun Jul 26, 2010 4:03 am

[Lira pierde su turno]

Invitado

Mucha parte del escenario habia cambiado, ahora se escuchaban algunos gritos de mujeres y hombres que corrian tratando de salvar sus vidas, al mismo tiempo pasos de hombres grandes se oian volver. El vaso de la mano de Makab se habia convertido en diversos cristales que se situaban en el suelo y parte de su mano, unos pequeños hilos de sangre recorrian su mano izquierda. El santo de athena, el cantante del bar, se encontraba frente a el aun en su movieminto anterior.

Una sonrisa aparecio en el rostro de Makab, su mirada se perdio en una pared y sus ojos se abrian con un brillo y una expresion un poco diferente. depronto algunos hombres armados irrumpieron el lugar, esta vez se veian mas seguros de si mismos pero por lo vistos todos venian por el cantante, nadie se habia percado de que el dorado estaba en aquel lugar, Makab llevo su mano izquierda a la altura de la boca y sacando su lengua provo un poco de su propia sangre, luego volteo a mirar fijamente a los hombres mientras su mano derecha iba subiendo poco a poco, como dandoles tiempo de que intentasen correr.

Cuando la mano del dorado llego a señalar al techo, empezo a concentrar su cosmo en la punta del dedo indice, para asi dar vista a una luz violeta que se concentraba cada vez mas en la parte superior del techo, justo encima de Makab. La luz poco a poco fue convirtiendose en un vortice, una especie de agujero oscuro que absorbia todo a su paso.

- Sufrid .... sufrid y dadme su vida - Pronuncio estas palabras a la vez que el vortice se completo y la fuerza de atraccion era mayor.

Tema: Re: La Cancion de la Muerte Jue Jul 29, 2010 4:37 am

Master

El movimiento de Cancer fue bastante efectivo, apesar de ser muy poco compasivo. La onda de choque de Lira habia hecho que todos cayesen al suelo y estaban por eso bastante desorientados asi que cuando se abrio el agujeto en el techo causa del dedo de cancer estos no podian resistirse sino que sintio como sus cuerpos empezaban a ser arrastrados hasta este vortifice. Algunos se levantaron del suelo y fueron tragados mientras otros se agarraban a lo que podian, intentando resistir. No les fue facil y algunos perdieron la fuerza antes que pudieran hacer algo. Clientes del bar y el mismo barman, inocentes, fueron atraidos al vortifice y tragados tambien. El Santo de Lira tambien sentiria el tiron de este y si no hacia algo al respecto el tambien seria tragado.

Desde afuera se pudieron escuchar los gritos y demas de la gente dentro del bar asi que los soldados restantes solo miraban con miedo el bar... que estaba pasando alli adentro?!

Invitado

Sus dedos continuaban moviéndose sobre las cuerdas de la Lira, mientras su cosmos en progresivo ascenso, iba manifestándose a su alrededor, cada vez más, como una espesa aura de tonalidad argénica que iba de forma avasalladora, corrompiendo el espacio del escenario marmolado sobre el que estaba, ¡Tanta fuerza tenía la explosión de su cosmos, que el mármol estaba cediendo al poder destructivo del mismo!.

Sus sentidos iban cada vez más agudizándose, ya estaba en los predios del sexto sentido, el de la entera percepción, el de la intuición, sabía que esto le ayudaría en sumo para evadir lo que pudiere afectarle de forma paralela y para cuando las balas plasmáticas salieron de las boquillas de los rifles de sus atacantes, Kataki volvió a tocar las cuerdas de su sacro instrumento, expulsando una nueva onda formada por cosmos, la cual se expandiría a la propia velocidad del sonido y chocaría contra los rayos que le atacaban, hasta destruirlos en su esencia.

Aún así, de pronto, el cuasi-sonido emitido por su lira y los rayos, fueron interceptados por una nueva energía que entraría en acción dentro de la puesta en escena…era un cosmos más allá de lo normal, el cual logró deslucir con su mirar, como un vórtice negro que se expandió en el techo del sitió y comenzó a absorber todo a su paso, tanto sillas, personas, inclusive su propia aura, la cual iba creciendo en aras de hacer resistencia al poder extrañísimo que sólo podía atribuírselo a un santo Dorado.

Buscó con su mirada el epicentro de aquella magnánima técnica, mientras se mantenía estable con su flujo energético ya bien dominado, y cuando logró captar de donde provenía el agujero que absorbió todo aquello, quedó por unos instantes absorto…parecía una persona normal, pero muy seguramente pertenecía alguna orden de Dioses, quizá a la suya propia.

Invitado

Cuarpos volaban hacia el vortice creado por su cosmos , gritos se oian y se desgarraban en el vacio en el cual desaparecian rapidamente, algunos querian salvarse, pero eso no entraba en los planes de Makab. El solo queria divertirse y de paso acabar con algunos enemigos, su encuentro con "Mr. H" lo habia dejado agobiado y este plan le divertia lo suficiente para continuar. Una sonrisa un poco maquiavela se podia ver en su rostro, pero fue interrumpida por un cosmo que llamo su atencion, el cantante seguia incrementandolo.

- Si tienes el poder suficiente para impartir la Justicia, podras salvarte de esto, de lo contrario no mereces llevar ese poder - Dijo Makab al momento en el cual su mano izquierda concentor algo de cosmo para que luego estel fuera lanzado hacia el objeto del cual prendian algunos soldados del vaticano, destruyendo asi su salvacion y guiarlos de una buena vez el al vortice.

Tema: Re: La Cancion de la Muerte Jue Jul 29, 2010 8:41 am

Master

Los lugares a los cuales se habian sujetado dentro del bar finalmente quedaron destruidos por los esfuerzos de Cancer. A estas alturas ya finalmente no quedaria en el bar mas que el Santo de la Lira y el Santo de Cancer que ni su manto llevaba puesto. Fuera del bar todos estaban preparados con sus armas especiales apuntando hacia el interior con la intencion de disparar como locos a cualquier persona que quisiera salir del bar.

(Perdon que sea corto pero no hay mucho que poner ya que no hicisteis nada relevante casi e_e)