Saint Seiya: City of Saints
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 El Toro de Toledo

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Sagittarius Apollo
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MensajeTema: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeMar Jul 20, 2010 9:49 pm

Una gran tropa de soldados del Vaticano llega a España para irrumpir la paz en la ciudad de Toledo, siendo polémica la llegada de éstos dado que España nunca había tenido problemas con las fuerzas católicas. Tres historias subjetivas y distintas se encuentran en esa misma ciudad sin saber a ciencia cierta que iban a terminar uniéndose. Táutalo, un enorme hombre portador de la armadura dorada de Tauro es buscado como el objetivo principal de los hombres que asechan las calles de Toledo. Selina, la sirvienta de Duhka fue enviada allí con el propósito de encontrar a Táutalo antes de que los cristianos lo hagan. Isamu es un joven portador de la armadura de Pegaso que desgraciadamente es atrapado por un grupo de vanguardistas y un centurión, lo que lleva a la unión de estos tres personajes.
Tras derrotar a todos y ser detenido por el Santo de Tauro al querer rematar a un vanguardista, se oyen unas ruidosas explosiones. Las mismas vuelan la herrería para que un trío de centuriones proceda al desmantelamiento de la casa con la misión de encontrar el manto dorado de Tauro.
Lo que aún no saben ellos es que un grupo todavía más grande de cristianos les asechan, conociendo sus posiciones. Isamu, indignado por lo que le hizo el Santo Dorado de Tauro decidió separarse de ellos de manera poco educada


Última edición por SaintKema el Miér Jul 21, 2010 3:03 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeMar Jul 20, 2010 9:55 pm

*Hace unos minutos ya que me encontraría junto a quien era mi objetivo, aquel gran caballero portador de la armadura de Tauro junto a quien había oído las explosiones y ver salir luego el humo de las mismas. Sin siquiera saber que a él pertenecía aquella propiedad violentada. Tan solo notaria como en ese momento el hombre junto a mi negaba ligeramente con su cabeza como desistiendo ante aquella mal educación del chico de Pegaso, pensando si también esta acción podría deberse a las mismas explosiones pero dudándolo bastante.

Luego y tras fracción de segundo al sentirme observada de cierto modo por Táutalo llevaría mi vista hacia la de él. Cruzando nuestras miradas y escuchándole mientras le miraba a las pupilas. - ¿Quién dijiste que eras, muchacha? No comprendo tu razón de estar aquí... – Era verdad lo que me decía y por lo mismo no me molestarían sus preguntas al contrario las contestaría a gusto pero antes de esto volvería a escucharle continuar con sus palabras que sonaban tan amables a mis oídos - Mientras me lo cuentas, chiquilla, salgamos de aquí... - Y bueno él tenia razón lo mejor era salir de ahí si es que no deseábamos correr peligro. Quizás lo que Isamu había echo era lo mejor, pero no de la manera que él lo había finiquitado. Pero qué mas daba?.. Él parecía que nunca iba a cambiar y si Tauro no lo detenía menos lo haría yo.

Al momento de ver al hombre junto a mí avanzar haría lo mismo, sinceramente no tenia idea a donde nos dirigíamos, conocía poco la ciudad, y los planos de esta a veces se me confundían en la cabeza. De todos modos sentía algo que me decía que podía fiarme de él y por lo mismo le seguiría al instante sin desear retrasarle.

Tal y como el mismo había dicho y de cierto modo solicitado, le contaría quien era y que deseaba de él. Seria clara y precisa no era momento para otorgar testamentos engorrosos que confundirían a cualquiera – Soy Selina… Lady Selina… - Quizás habría agregado aquel auxiliar “Lady” para no hacer resaltar tanto mi falta de apellido. Tenía uno y lo sabia pero no me gustaba nombrarlo. Aquel acento inglés que poseía llegaba incluso a darme cierta repugnancia en la pronunciación. Una que no existía en la India donde yo había nacido y de donde era igual mi madre. Al decirle mi nombre en ese momento me habría sacado el gorro de mi capucha en sentido de educación y protocolo, olvidando volver a colocármelo y por lo mismo dejando a la vista mi femenina identidad y belleza multirracial –Vengo de Nueva Delhi de parte del caballero dorado de Virgo… Vengo a buscarle. Hay que salir rápido de aquí… -Diría en un tono mas bien bajo no deseando que las paredes oyeran lo que le decía “las paredes tienen oídos” y lo sabia muy bien por eso era mejor prevenir que lamentar. De todos modos y a pesar de que mi volumen era leve mi tono seguro dejaba entender muy bien lo que deseaba expresarle a quien seguía.

Tras poco de andar sentiría aquella fuerte aura. Me sorprendería esa energía, ya que así parecería desear ser encontrado, no entendía porque lo hacia, yo que intentaba ser sigilosa y él que se mostraba en gloria y majestad. Solo dos ideas se posarían en mi mente. La primera que él intentaba demostrarle a quienes nos deseaban acorralar quien era él y de que estaba echo. Y la segunda, ayudar a distraer para dejarle el camino algo mas despejado a Isamu.

De todos modos ahora no había tiempo para cuestionar nada. Solo me quedaba seguir junto a él para intentar salir juntos de esto y poder terminar con lo que se me había pedido. La verdad es que no tenía miedo, pero me sentía presionada por aquellos hombres que parecían dividirse una y otra vez por mitosis sin detener aquel ciclo celular.

Pocos pasos mas adelante nos encontraríamos con aquella especie de escuadrón que nos cerraba el paso - Se terminó todo… ríndete, impuro.- Seria lo que dirían y se notaba que le decían a Tauro o al menos eso creería yo. A qué se refería ese hostil hombre con “Se terminó todo”?.. Acaso si no nos rendíamos aquí finalizaban nuestras vidas?.. Vendría a cogernos la muerte? Aquella que Después de todo es solo un síntoma de que hubo vida… Quizás ellos si llegarían a matarnos, pero que derecho tenían de llamarnos impuros? Los impuros realmente eran ellos quienes arrebataban vida. No tenían derecho a hacerlo y por lo mismo pensaría en “La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje.” Una sabia frase de quien había sido mi guía en el monasterio, Dalai Lama.

En ese instante simplemente frunciría un poco mi seño mirando a aquellas personas interponiéndosenos y ligeramente susurraría mi pensamiento* La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje

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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeMar Jul 20, 2010 10:33 pm

** Sonreía el caballero de Tauro con alegría al escuchar a la chiquilla hablarle, dictando su nombre y luego explicando el porqué viajó hasta Toledo desde tan lejano lugar. La sonrisa no se disipó ni siquiera ante la llegada de los soldados que, en un instante, les habría rodeado en gran número, quedando en clara desventaja. Ignoraría por unos momentos a los soldados, no tras escuchar la frase filosófica con la que salta la chica ante la amenaza del templario, al cual, Tauro, todavía ni ha mirado.

- Lady, no has de preocuparte, aunque sé que no lo harás pues la armonía de tu mentor es algo "contagioso", je je. Trata de cubrirte a mi espalda y saldremos de aquí pronto. -

Tras esta pausa privada entre ambos el caballero de Toledo se digna a mirar al templario, con seriedad y desprecio. El cosmos que nace del interior de Táutalo no deja de emerger, cubriendo su cuerpo con cada vez más densidad. Fácilmente podría intimidar a los más cobardes soldados inquisidores ante una sacudida leve de la tierra por parte del cosmos propio y natural del caballero, que pareciera conectarse directamente con la energía terrestre. El río que hay cerca es muestra de ello, pues una corriente de agua sale despedida con el primer temblor en pos de mover todo el río como si de una fuerte brisa se tratase.

- ¿Qué es lo que se terminó? Si aún no empezó nada; deberías de relajarte, cristiano, si es que realmente eres cristiano... ¿Sabes que uno de los siete mandamientos que el señor hizo escribir a Moisés es "No matarás" ? No useis la religión como excusa para justificar vuestras acciones, porque entonces os estaréis contradiciendo, y lo único que conseguiréis será que la gente deje de honrar a la Santa Iglesia Católica por vuestros actos impuros y fuera de las ideas de Dios. ¿Quién asegura que no estáis luchando a favor de Satanás, Rey de las Tinieblas? Pues eso aparentáis con vuestro paso destructivo y vuestra arrogancia.
Venís a por la armadura, ¿no es así? Pues cogedla, está detrás vuestra, oculta en el fondo del río, dentro de una pequeña cueva; ahora mismo estamos pisando sobre la cámara que la guarda. Cogedla e iros con vuestras contradicciones a molestar a otra parte. -


Así les habló el caballero, con un tono de voz grave y algo ronco, demostrando su hombruna y su valentía, con una intensidad muy alta e impetuosa, capaz de intimidar a los más "valientes".
Acto seguido toma a la chiquilla que lo acompaña de la mano con su diestra para empezar a caminar hacia el este, justamente hacia una cercana salida de la ciudad de Toledo que deja la plaza de toros también muy cerca, así como diversas casas rurales y un molino de agua junto al río. Su caminar es tranquilo y calmado, sin aparentar tener prisa de alejarse de esos soldados que, de haber creído al santo, estarían pensando en lanzarse al río a buscar nada, pues allí realmente no hay ninguna armadura; mas sí la cueva citada.


- ¿Has visto alguna vez a un alano español? Yo tengo uno, y muy simpático y leal, podremos llevárnoslo con nosotros al pueblo. -

Le habla a la chiquilla como si fuese hija suya y con un tema de conversación inventado, pero fácilmente tragable para cualquiera que lo escuche. La energía cósmica del caballero comienza a disiparse lumínicamente, desapareciendo el aura dorada de su cuerpo, mas realmente no hizo desaparecer la energía, solamente ocultó su luminosidad, un efecto de "rendición" ante los que le ven, pero al mismo tiempo, sin que lo notaran con sus sentidos, de desconfianza, pues la energía, aunque escondida, estaría perfectamente disponible para su uso, y concentrada bien desde hace largo rato. **
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeJue Jul 22, 2010 8:31 pm

Máster

Las palabras de la herejía penetraron en los oídos de todos los centuriones y el templario que estaban allí. Eran dañinas y sucias, peor que un agudo pitido mortífero. ¿Matar? No, claro que no. Desde el principio no tenían pensado matarlos, sino más bien capturarlos para luego ver si podían salvarles de aquella filosofía pagana ya que dios es todopoderoso y benevolente. Pero no iba a ser ahora, después de semejantes palabras. La exaltación pobló a todos los soldados, hablando sobre la armadura, la cual el hombre había dado su localización.

Las aguas se agitaban y en la herrería no estaba. Parecía un lugar convincente para esconder la armadura, sumado a que el discurso de aquel enorme hombre tenía credibilidad. Pero el templario no era tan estúpido y susurro entre los nueve centuriones que estaban con él. – Vayan tres a por ella… -y a continuación los tres centuriones que habían destruido la herrería se dieron media vuelta para encarar hacia el río y llevar a cabo la pequeña expedición.-

Luego ocurrió algo inesperado, ya que pensaban que el hombre iba a plantarse contra ellos, pero no fue así. Los ignoró, llevándose a aquella mujer y hablando lo más tranquilo, como si ella no estuviera ahí. Esto terminó por ser el colmo de la situación, por lo que el templario apretó fuerte el puño y los dientes, para luego vociferar. - ¡¿Cómo te atreves, maldito impío?! ¡Empieza a rezarle a tu diosa pagana para que te salve de ésta!

Táutalo y Selena estaban rodeados, desde el frente por, ahora, siete hombres –tres fueron por la armadura- y por detrás habían diez. Cuando el hombre gigante encaró hacia el este, uno de los diez hombres levantó rápido la palma mientras los otros se hicieron invisibles gracias a sus trajes avanzados, empezando a movilizarse por las sombras ya que la noche había terminado por caer. Un disparo a traición salió disparado de la palma del hombre luego de que cargaron las partículas de fotones en el aparato que le daba poder a su mano. Un haz de luz celeste trazó el camino de trayecto justo hacia el lado de la cabeza del desprotegido hombre.
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeVie Jul 23, 2010 10:38 am

*Me mantendría seria mirando a aquellos hombres que nos rodeaban con aquel semblante de pocos amigos y con el mensaje en sus ojos de “no seguirán su camino”. Igualmente mis pupilas se flechaban en ellos entregándoles mi mensaje que era notablemente de molestia y por lo mismo expresaría lo que había dicho en ese instante, tomando la cita de mi tutor.

Durante toda mi vida había tenido una enseñanza pacifica, basada en el amor a Buda y lo correspondiente a mi religión, aún así había aprendido a defender lo mío, y en esta ocasión debía defender la misión que Duhka me había encomendado. No podía fallarle y tenia que seguir adelante quebrantando el mensaje que ellos nos expresaban de cierto modo.

-Lady, no has de preocuparte, aunque sé que no lo harás pues la armonía de tu mentor es algo "contagioso", je je. Trata de cubrirte a mi espalda y saldremos de aquí pronto.- Sus palabras sin duda alguna me calmarían, tanto así que harían desaparecer de mi rostro la expresión molesta por una comprensiva que intentaba entenderle en cada detalle de tal manera que no deseando desobedecerle asentiría con mi cabeza. Él me entregaba confianza y por lo mismo sabría que lo que decía se haría verdad “saldremos de aquí pronto”.

Sentía la energía del caballero de Tauro incrementarse cada vez mas y en sutiles movimientos comenzaría a retroceder pisando ligero y empezando a girar mi figura de tal manera que quedaría marcando un ángulo de 180° respecto a mi anterior posición. Así al quedar tras su espalda como él me había indicado, podría chocar mi columna con la suya si nuestros cuerpos se toparan y si también estos tuviesen la misma altura. Haría todos mis movimientos antes de sentir aquellos temblorcitos que no me quitarían estabilidad pero si me darían a confirmar lo potente que era su cosmo. Tras esto me concentraría solamente en sus palabras, aquellas tan educadas y valientes que me causaban admiración. La gente así se merecía mi respeto. Le escuchaba atenta y estando de acuerdo con cada una de sus palabras, hasta llegar a la oración de él que comenzaría con - Venís a por la armadura, ¿no es así? Pues cogedla- A qué se refería? Es decir… era obvio, pero cómo les dejaría todo tan fácil a aquellos hombres que usando una creencia osaban imponer su autoridad por sobre otros… Me pondría a pensar en las posibilidades e ideas tras sus palabras. Quizás era algo para distraer y darnos tiempo de salir de allí como él me había dicho que haríamos.

Sin embargo, Táutalo no me daría tiempo de seguir pensando en mas posibilidades él tomaría mi mano, de tal manera que por mi posición debería volver a girar mi cuerpo levemente para así seguirle a su lado y escuchar aquella oración que parecía intentar despejar el tema de nuestras mentes aunque fuese tan solo por unos segundos. - ¿Has visto alguna vez a un alano español? Yo tengo uno, y muy simpático y leal, podremos llevárnoslo con nosotros al pueblo. – Sus palabras me parecían tiernas y por lo mismo me harían sonreír de la misma forma, de todos modos aún no era una adulta y el aura de la inocencia seguía en mi, haciendo esta misma que creyera ciegamente en sus palabras y me haría responder luego* No.. Nunca eh visto uno, muy pocas veces salía del monasterio y nunca además había salido de India y por lo mismo me encantaría sinceramente!.. Además a mi me encantan los.. *No podría finalizar mi frase ya que seria interrumpida por unas palabras que gritaban desde mis espaldas -¡¿Cómo te atreves, maldito impío?! ¡Empieza a rezarle a tu diosa pagana para que te salve de ésta!- Suspiraría pesado en ese momento, lo único que deseaba era salir de ahí con Tauro y esto se hacia tan difícil por culpa de aquellos hombres molestosos. Sin embargo no diría nada respecto a ellos, me tragaría mis palabras por respeto.

Sentía que algo no estaba bien en ese momento y por eso observaría muy bien a mi alrededor. Pero no lograría visualizar mucho mas que a esos siete hombres restantes del anterior escuadrón encarándonos algunos pasos mas allá. Luego y sin tener tiempo de reaccionar a causa de la velocidad de las partículas indivisibles que se mueven como la luz y que saldrían de la mano de uno de los oficiales notaria aquel rayo celeste que parecería impactar contra mi acompañante. A lo único que alcanzaría seria a gritarle* Cuidado!! *Y a efectuar un intento de empujón hacia su gran cuerpo que de seguro no movería mucho pero si podría hacerle reaccionar, algo de tiempo podría darme lo que tardaba en cargar las partículas en su mano, ya que cuando las lanzaría no podría igualar esa velocidad*
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeVie Jul 23, 2010 1:45 pm

** El cosmos del caballero de Tauro, aunque oculto, estaba almacenado dentro de su ser, preparado para ser utilizado en cualquier momento. Suelta la mano de la joven al notar las palabras del Templario, entendiendo que no podrían salir de ahí tan fácilmente y, por lo cual, decidió comprometerse a, al menos, dejar a la chica ilesa y al margen. Un gigantesco resplandor cegador emana del cuerpo de Tauro de repente cuando la muchacha lo intenta empujar, no moviendo obviamente ni un centímetro de su ser. Este destello dorado es el cosmos centralizado que sale a la luz como un volcán en erupción, como una estrella explotando revosante de energía. La luz cegaría completamente a los presentes, manteniéndose esta fogosidad durante unos instantes. El rayo lanzado contra él se disiparía al instante en que ese cosmos toca la energía atacante, como si no fuera nada comparado con esa supernova que no solamente rodea y protege a Táutalo, sino que también está rodeando el cuerpo de la muchacha, un doble esfuerzo por parte de Tauro, pero innotable, pues el poder de su cosmos realmente no es nada comparado con esto.

- He intentado ir con vosoros por las buenas... he intentado no enfadarme... pero vosotros no quereis razonar, estáis cegados por la ignorancia de vuestra estúpida religión de asesinos y corruptos. ¡ME CAGO EN LA VIRGEN PUTA Y EN EL COPÓN DIVINO! ¡OS VOY A DESPEDAZAR Y ENVIAR CON VUESTRO DIOS! -

Un gran viento comienza a formarse alrededor de Táutalo, como si de un huracán se tratase; realmente la energía que está protegiendo a Tauro y a la muchacha está en revolución, rebosante de energía en estado puro. Al levantar los brazos ampliamente el herrero toda la nergía, salvo la que protege a la muchacha, sale en expansión hacia adelante y hacia atrás, hacia los lados y hacia el cielo, incluso hacia la tierra. Una gran supernova que se ensancha para acabar con todo lo que hay alrededor del gigante sin importarle los destrozos que pueda ocasionar en la calle. La tierra tiembla y llega a rasgarse; el río próximo se agita bruscamente, conformando incluso una ola que va por todo su recorrido; ola que sería la perdición de los tres centinelas que fueron a inspeccionar la cueva.

- ¡VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA EL ORDEN Y LA LEY! ¡¡POR ATHENA!!
¡¡¡¡TITAN'S NOVAAAAAAA!!!!-


Todo concluye con el envío del brazo derecho de Tauro contra el suelo, replegando toda la energía aún no expulsada contra el terreno, tambaleado y derruído por la presión energética, para así, al instante y a una velocidad increíble, por la cual cualquier persona moriría sin darse cuenta, en una milésima de segundo, reventar todo el suelo de la zona en un inmenso cráter que se expande alrededor del herrero con una onda expansiva de choque que empuja la energía devastadora. Todo el suelo se va levantando conforme la onda de choque se expande, no dejando opción de salvación alguna para los inquisidores, transformándose la energía dorada del toro en una más rojiza, simulando ser una estrella, un sol, una supernova amarilla-roja que ilumina toda la ciudad de Toledo desde ahí, al haberse alzado al cielo también a gran distancia. Si aún habían soldados por la ciudad, no pasarían desapercibidos ante esto, y mucho menos las gentes. Realmente el toro bravo se ha enfurecido, y su semblante lo demuestra con una gran seriedad y enfado, violencia y agresividad.
El cuerpo de Selina estaría, milagrosamente, al margen de todo ello, gracias al estallido de cosmos primerizo que hizo el caballero, que lucha sin su armadura ahora, para protegerla totalmente; como si se creara un vacío alrededor de la energía que la rodea. **
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeSáb Jul 24, 2010 1:23 am

Máster.


La impotencia llegó a los hombres de manera tal que aquel coloso repudiaba y ofendía su religión y ellos no podían hacer nada ante semejante poder. No fue el hecho de haber disuelto el rayo de fotones, ni los insultos o la luz… Fue el hecho del temblor lo que les hizo realmente entrar en un estado de temor que ya no podrían sostener. ¿Obra del demonio? ¿Metafísica? ¿Magia? Ya no importaba… estaba realizado y no iban a salvarse. El templario fue el que más trató de resistir.

Los centuriones ante el primer temblor antes del resquebrajamiento perdieron el equilibrio y cayeron al suelo, quedando indefensos; tanto los que estaban invisibles como los que no. El templario separó un poco más las piernas para estabilizarse y no perder la estabilidad de su cuerpo. Bajo tierra, los tres que habían ido por la armadura no llegaron a saber si estaba allí ya que unos metros antes de llegar habían muerto por el oleaje que sumado a la gravedad del agua, no pudieron resistir.

La realización titánica de la técnica terminó por rematar y definir el asunto inconcluso. Los centuriones que estaban en el suelo sucumbieron al instante sin siquiera tener oportunidades de defenderse. Los gritos se escuchaban por doquier, era increíble el caos. Eran alaridos que estaban seguros de sus propias muertes, de que este era el fin y ni su dios, si es que existía, iba a salvarles. Los que estaban invisibles, al morir, sus armaduras de exoesqueletos desplegaron cargas eléctricas al presentar fallas, para dejar de hacerles no visibles. El templario que venía resistiendo abrió los ojos al máximo y eso fue lo último que vio: la furia del Toro de Toledo.

Estaban todos muertos y le repercusión de la técnica había llegado a distancias de Toledo que alarmarían a las tropas, las cuales empezarían a sacar suposiciones del tema. Al tratar de comunicarse, la destrucción había sido tal que los damnificados no tenían señal, porque sus aparatos habían sido dañados totalmente. Esto dio el aviso a los demás de que habían perdido una cantidad semejante de unidades.
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeSáb Jul 24, 2010 1:10 pm

Los soldados vaticanos no habian sido los unicos en enterarse de la tecnica de Tauro, ya que el joven que hace momentos habia estado con ellos y ahora estaba a una buena distancia tambien se entero de la realizacion de dicha tecnica. Con sus manos aun en los bolsillos Isamu se detuvo y se giro mirando al cielo donde la pila de humo subia. Al parecer se habia perdido algo interesante... que mas daba. No era el problema de el, igualmente, ya que no queria tener nada que ver con esos pendejos. Seguramente habia requerido a una tecnica tan poderosa debido a lo debil que era. Si, seguramente habia sido eso.

Se giro nuevamente comenzando a andar tranquilamente en direccion de la salida de la ciudad. Despues de aquella tecnica estaba seguro que nadie le prestaria atencion a el y todos irian por aquel enorme bufon. Con suerte le matarian. Se lo merecia por detener su patada.
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeDom Jul 25, 2010 1:51 am

*Me Sentiría algo culpable en ese momento ya que mi débil cuerpo en lo que a fuerza física se refería no seria capaz de mover el cuerpo de Táutalo, por lo mismo me sentiría algo inútil al no poder ayudarle mientras que él parecía protegerme como un verdadero hermano mayor. Algo que seria muy notable al instante de colocar una especie de barrera alrededor de mi cuerpo que me protegería de aquella fuerza cósmica que poseía. Una Energía que impresionaba a cualquiera y arrasaría sin duda con todo.

Sin embargo, no alcanzaría a ver mucho, ya que el gran resplandor que salía del cuerpo del gran hombre me cegaría momentáneamente al encandilarme con aquella luz tan potente. Apenas comenzaría a abrir los ojos luego, tras escuchar como el hombre junto a mi comenzaba a hablarles a aquellos que estaban próximos a su muerte* -He intentado ir con vosotros por las buenas…- Y claro él tenia razón, yo había sido presente de las oportunidades que Táutalo le había dado a cada uno de ellos contando incluso desde que salvo a uno de los hombres de la patada de Isamu* - …¡OS VOY A DESPEDAZAR Y ENVIAR CON VUESTRO DIOS! - *Escucharía luego cuando ya había recobrado casi en un 100% la visibilidad y captaba bien lo que ocurría a mi alrededor.

El futuro que les esperaba a esos hombres era seguro y no estaba lejano. El Toro de Toledo parecía realmente muy molesto y no parecía haber vuelta atrás. No interferiría en sus acciones sin embargo no quería ser testigo de aquella especie de masacre, aunque si seria una participe y de eso no podría huir. Al comenzar a oír los gritos de los hombres que anunciaban su muerte me taparía fuertemente los oídos volviendo a cerrar los ojos, solo que esta vez con mucha fuerza y apretando mis parpados y molares con fuerza*

- ¡VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA EL ORDEN Y LA LEY! ¡¡POR ATHENA!! ¡¡¡¡TITAN'S NOVAAAAAAA!!!!- *Escuchaba mientras el suelo temblaba bajo mis pies y sentía el sonido de las olas arrazar con las costas del río y lógicamente con los hombres que habían ido por una armadura que jamás encontrarían. Nos habían molestado bastante y era verdad, pero… pensaría en ese instante en aquellos cristianos padre de familias, familias ahora quizás sin un sustento que lleve el pan a la mesa, aquel pan que para ellos es el cuerpo de su Señor.

Estaba agradecida del herrero, pues no me conocía y a pesar de eso estaba cuidando de mi bienestar, por lo mismo protestar contra lo que hacia seria ser indigna de su amabilidad aún así todavía no deseaba abrir mis ojos*
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeDom Jul 25, 2010 2:42 pm

** El cosmos del caballero de Tauro se va apagando lentamente para volver a un estado natural y equilibrado conforme observa los cuerpos aniquilados de aquellos inquisidores que se buscaron la muerte. El herrero se apoya en el suelo con la rodilla derecha, manteniendo la izquierda en alza, apoyando el izqueirdo sobre su correspondiente rodilla alzada, como si estuviera redimiéndose de sus actos ante los cuerpos presentes, mostrándoles sus respetos y condolencias.
Una suave brisa recorre el lugar, incitando al silencio de duelo, elevando la polvareda por sobre los cadáveres que se tienden sobre el suelo, rasgado y hecho trizas por el cosmos del taurino. Las aguas del río se van calmando, dejando de haber una sobrecargada corriente, quedando esos tres centinelas muertos bajo el yugo de las aguas, donde nadie los encontraría por gusto. Un pequeño trozo de piedra junto al puente cae sobre el agua al partirse, por una fisura creada en el pilar que lo sujeta, ocasionada por el temblor y la apertura de la tierra. Necesitarán hacer obras durante un tiempo para arreglar lo caótico. El cielo vuelve a estar iluminado naturalmente por la luna y las estrellas, en un tono oscuro de azul celeste, pero manteniéndose una pequeña capa sobre el techo celeste, como un arco de triunfo de dorado apenas visible.


- Siempre existen, al menos, dos bandos contrarios; ambos han de luchar y al mismo tiempo sacrificarse para conseguir sus sueños. En este caso, el bando de Athena ha ganado una batalla en esta guerra que no ha hecho más que comenzar contra el bando Templario. Érais vosotros o yo, y mi existencia ha de permanecer aún para cumplir mi cometido mínimamente. Que Dios os acoja en su Cielo, o que Hades os salve del infierno; sea la religión que sea, y si realmente tenéis almas, que reposen en bienestar. Para mi materialismo, dispongo del deseo de que vuestra energía se transforme al apoyo de la justicia. -

Seguidamente se pone en pie y da media vuelta para mirar a la muchacha que protegió, Lady Selina. Unos instantes se queda observándola para, a continuación, comenzar a caminar, pasando por el lado izquierdo de ella y dirigirse lentamente hacia la plaza de toros que hay cercana y que colinda con la salida de la ciudad. Aquel caballero que luchó sin utilizar su armadura, más bien lo hizo con su atuendo de herrero, se dispone a hacer concluir la misión de Selina.

- Vamos, el tiempo es oro. -

A una cierta distancia ya le alza la voz a la muchacha, con esas palabras que quizá vayan con segundas. **
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeDom Jul 25, 2010 9:16 pm

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Después del caótico temblor, las comunicaciones empezaron a fluir entre todos los hombres del Vaticano que recorrían las calles con horror y muchos trataban de permanecer en grupos. El sistema se vio levemente colapsado ya que muchos trataban de activar la comunicación al mismo tiempo que otros, cuando un mensaje les dio la orden de que hicieran silencio y esperaran órdenes.

Debían pensar bien su movimiento a seguir. No estaban tratando con cualquier persona y habían mandado a muchos hombres como carne de cañón, lo cual no fueron muertes tan insignificantes ya que por lo menos tenían una cierta idea de lo que estaban enfrentando. Por un lado era mejor no arriesgarse y no perder a tantos hombres en algo inútil, algo ya se les iba a ocurrir, si no era ahora… sería después.

- A todas las unidades… movilícense de inmediato al punto de encuentro. –comunicó a los hombres para que estuvieran enterados de la próxima situación, ya era inútil caminar las calles nocturnas de Toledo a esta altura.-
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeMar Jul 27, 2010 1:15 am

*El cosmos del caballero de Tauro ya no era tan evidente se iba apagando ligeramente y de forma gradual como la llama de una vela bajo un manto lluvioso. Parecía todo volver a la calma o al menos a una normalidad más creíble luego de todo lo sucedido. Por lo mismo y empezando lentamente a abrir mis ojos tendría ante mi aquella rue destruida y devastada por la fuerza de alguien furioso y precisamente de alguien que cuidaba de mi y de si mismo.

El refrán dice… ver para creer, pero esto a pesar de estarlo viendo no podía creerlo había sido una completa masacre de hombres molestosos pero humanos al fin y al cabo. Ligeramente empezaría a graficar con el movimiento de mi cuello ciertos ángulos hasta completar uno de casi 180° es decir parecería casi colocar mi mentón por sobre de cada uno de mis hombros en distintos tiempos para ver el lugar y a Táutalo, quien en aquella ocasión estaría semi arrodillado pareciendo pedir por las almas arrebatadas.

Luego y notando que todo había finalizado empezaría a destapar mis oídos casi al mismo tiempo que giraba mi rostro para ver el lugar. Aún así sentía como si no escuchara al tiro luego de tanto estruendo y de ahora un completo silencio como intentando aparentar que “aquí no a ocurrido nada”.

Fijaría luego mis negras pupilas y cristalinos iris celestes sobre el hombre herrero y al concentrarme empezaría a escuchar lo que decía* …O que Hades os salve del infierno; sea la religión que sea… *Habría escuchado realmente poco y nada de lo que este había proclamado ya que luego de oír algo peculiar en esa oración parecería volver a quedar sorda frente a lo que ocurría a mi alrededor. ¿Hades? Aquel nombre del Dios mitológico parecería haber calado fuerte en alguna parte de mí.

Tan solo el estruendo de la caída del puente me haría recobrar un poco la conciencia aunque no haciéndome reaccionar del todo, serian solo las palabras del Toro de Toledo las cuales me moverían - Vamos, el tiempo es oro. – Él tenia razón y por lo mismo tomando tan solo unos pocos segundos frente a los caídos pondría mis manos por el frente de mi pecho como si rezara para pedir por las almas de aquellos con los ojos cerrados durante una pequeña fracción de tiempo, para luego reincorporarme empezando a correr femeninamente –ya que andaba con tacones y no solía perder mis modales- hacia aquel gran sujeto junto al cual caminaría para finalizar mi misión.

Al llegar a su lado y haciendo referencia a lo sucedido le diría sinceramente y acompañado del tono de mi dulce voz* Gracias..

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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeMiér Jul 28, 2010 2:37 pm

** Sonríe levemente ante las gracias que le da la muchacha y se mantiene callado, dejando ese agradecimiento en el aire, como no aceptándolo.
Llegando ya a la plaza de toros están; una plaza enorme, de rojo teñido en la externa y visual capa, con un gran círculo de arena en su interior rodeado de gradas, separadas éstas del roderío por unas altas vallas rojas con entradas diversas. Se encuentra cerrado ahora mismo, visible en las verjas de la taquilla y en los altos portones de la entrada.


- Selina, he estado pensando respecto a tu labor aquí por orden del caballero de Virgo... y no veo la necesidad de irme de aquí. Puedes recoger tus cosas, si es que las has traído, y regresar a casa. Yo me quedo en esta ciudad para protegerla, y no, no te quedarás para "ayudarme", sólo serías un estorbo. Si deseas puedes, para no haber venido aquí en vano, puedes llevarte la armadura dorada de Tauro; no la necesito, y menos para mancharla contra estos pobres religiosos. -

Echa la mirada atrás para observar a la muchacha, con un semblante sumamente feliz, con una gran sonrisa de oreja a oreja y los ojos semi-cerrados por tal alegría, siendo esta una decisión repentina y estricta, sin opción al cambio. **
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeLun Ago 02, 2010 3:37 am

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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeLun Ago 02, 2010 4:25 am

MASTER

La paz que emitía la sonrisa de Selina no pudo transferirse a la hermosa ciudad de Toledo. En el momento en que el Caballero de Tauro volteó, la hercúlea e historica construcción, símbolo de Toledo, comenzó a derrumbarse con un ruido ensordecedor. Por más años que tuviera la Plaza de Toros, estaba demasiado bien conservada para desmoronarse por accidente: Algo o alguien tendría que haberlo causado. Pronto una nube de polvo comenzó a rodear a ambos personajes.
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MensajeTema: Re: El Toro de Toledo   El Toro de Toledo Icon_minitimeLun Ago 02, 2010 2:14 pm

** Táutalo se de tiene en seco con la mirada clavada en la plaza de toros. Una lágrima cae lentamente desde su ojo izquierdo por su mejilla al observar cómo esa plaza se derrumba, donde tantos toros había toreado, donde tanta gente le había obacionado, donde tantos siglos de historia de la taurimaquia se habían escrito. Enseguida cierra sus dos manos en puños a presión, denotándose los tendones rígidos y los músculos en tensión, recorriendo esta misma imagen de fuerza concentrada por todo su brazo hasta sus hombros y cuello, donde también se aprecia su musculatura. Todos los músculos de su cuerpo están fortalecidos, todos los tendones están rígidos. Y acompañado de esto su energía interna empieza a fluir con naturalidad, sin salir al exterior en aura, mantenéndose internada en pasividad, inofensivamente y sin llamar la atención a su alrededor, pero preparada para actuar en cualquier momento. No le preocupa que una gran nube de humo y polvo empiece a rodear su perímetro vital, ni el de Selina; ahora está en shock, inmóvil, quieto como una estatua y tan rígido que idiota sería el que intentara mover alguna parte de su cuerpo si quiera un centímetro. Su mente está en blanco, sin divagar; no siente ira, ni odio, ni rencor, ni tristeza...todos los sentimientos posibles en la escena están desaparecidos. **
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